Estudio familiar: La relación pactual con Dios
Iglesia Reformada Valle de Gracia
Shafter, California
Curso de membresía clase 1
Basado en el catecismo para principiantes
📖 Estudio familiar: La relación pactual con Dios
Introducción
Querida familia, hoy nos reunimos para meditar en una verdad central de la Biblia: Dios se relaciona con su pueblo por medio de un pacto. Desde el principio, el Señor no quiso que el hombre viviera aislado, como una criatura sin propósito, sino que estableció con Adán una relación pactual.
Este pacto nos ayuda a entender toda la historia de la redención: cómo comenzó la relación con Adán, cómo fue quebrantada por el pecado, y cómo Cristo vino como el segundo Adán, nuestro representante perfecto, para restaurar lo que se había perdido.
El tema de hoy no es teórico: tiene que ver con nuestra vida diaria. Porque lo que hizo Adán nos afecta a todos, y lo que hizo Cristo también nos alcanza a todos los que creemos en Él. Vamos a caminar por las preguntas del catecismo, con calma, y a detenernos en la belleza y profundidad de cada una.
22. ¿Qué es un pacto sagrado?
Respuesta: Es una relación que Dios establece con nosotros, y la asegura por Su Palabra.
📖 “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.” (Génesis 17:7)
El pacto es algo más que un contrato. En los contratos humanos ambas partes ponen condiciones, y si una falla, el contrato se rompe. Pero el pacto bíblico tiene un corazón mucho más profundo: es el Dios eterno comprometiéndose con su pueblo, afirmando con su propia Palabra que será nuestro Dios. En este pacto es Dios quien toma la iniciativa para hacer un pacto con nosotros.
Esto significa que la relación con Dios no descansa en lo que nosotros prometemos, sino en lo que Él promete. Si dependiera de nosotros, la relación se perdería en el primer tropiezo. Pero como depende de la fidelidad de Dios, es firme y segura.
💡 Reflexión personal:
Dios te dice hoy: “Yo seré tu Dios”. No importa las inseguridades que tengas, ni las veces que hayas sentido que fallaste. Su pacto es estable porque Él es fiel. ¿Qué seguridad da esto en medio de nuestras luchas?
23. ¿Qué pacto hizo Dios con Adán?
Respuesta: El Pacto de Vida.
📖 “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…” (Génesis 1:28)
El primer pacto fue de vida. Dios puso a Adán en un huerto perfecto, lleno de abundancia, belleza y comunión con Él. Allí, Adán no estaba solo, sino que representaba a toda la humanidad. En él estábamos todos incluidos.
Adán no era simplemente un hombre individual, era nuestra cabeza federal, nuestro representante en el pacto. Así como un padre toma decisiones que afectan a toda su familia, así Adán, como primer hombre, representaba a toda la humanidad en el pacto. Lo que él hiciera tendría consecuencias para todos.
💡 Reflexión personal:
Esto nos recuerda algo muy importante: delante de Dios nunca vivimos como islas. Nuestras decisiones afectan a otros. Pero, sobre todo, aprendemos que Dios quiso desde el principio que nuestra vida estuviera bajo bendición, plenitud y propósito.
24. ¿Qué mandó Dios a Adán que hiciera en el Pacto de Vida?
Respuesta: Obedecer a Dios perfectamente.
📖 “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17)
El mandato de Dios era claro: obedecer. Pero esa obediencia no era arbitraria. Dios no le dijo a Adán: “No comas de este fruto” porque sí, sino porque quería probar su confianza.
Adán debía vivir no según su propia sabiduría, sino confiando en que Dios sabe lo que es bueno y malo. La obediencia era el camino de la vida.
Y recordemos: Adán nos representaba. Si él obedecía, nosotros seríamos contados como obedientes en él. Si él desobedecía, nosotros también seríamos contados como desobedientes.
💡 Reflexión personal:
¿Te das cuenta de lo importante que era la obediencia de Adán? No solo estaba en juego su vida personal, sino la de toda su descendencia. Hoy, aunque nuestras acciones no tienen ese mismo peso representativo, sí nos enseñan que obedecer a Dios trae bendición, y desobedecer trae dolor.
25. ¿Qué prometió Dios en el Pacto de Vida?
Respuesta: Recompensar a Adán con vida si obedecía.
📖 “De todo árbol del huerto podrás comer.” (Génesis 2:16)
📖 “…y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.” (Génesis 3:22)
Aquí vemos la generosidad de Dios. Adán podía disfrutar de todos los frutos, de toda la creación, y además tenía delante de él el árbol de la vida, símbolo de la vida eterna. La obediencia perfecta lo habría llevado a disfrutar de comunión eterna con Dios.
Y como Adán nos representaba, si él obedecía, todos nosotros hubiéramos participado de esa recompensa. La humanidad habría entrado directamente en la vida eterna sin pasar por el dolor y la muerte.
💡 Reflexión personal:
Esto nos ayuda a valorar aún más la obra de Cristo. Porque Él, como segundo Adán, obedeció perfectamente, y ahora, en Él, sí recibimos esa vida eterna que Adán perdió para nosotros.
26. ¿Cuál fue la amenaza de Dios en el Pacto de Vida?
Respuesta: Castigar a Adán con la muerte si desobedecía.
📖 “Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:17)
Aquí aparece algo muy serio: el pecado trae muerte. No es un simple error ni un detalle menor. Es una ruptura con Dios, la fuente de la vida.
Adán no podía decir: “Bueno, si desobedezco, no pasa nada”. No. Dios lo advirtió claramente: la consecuencia sería la muerte.
Y porque Adán nos representaba, cuando él desobedeció, todos quedamos bajo condenación. La muerte entró al mundo, no solo física, sino espiritual. La vergüenza, la culpa, el alejamiento de Dios… todo eso es fruto de la caída.
💡 Reflexión personal:
Cuando experimentamos el peso del pecado en nuestra vida, estamos recordando la seriedad de lo que sucedió en Edén. Por eso necesitamos a un representante mejor, uno que obedezca perfectamente en nuestro lugar.
27. ¿Obedeció Adán el Pacto de Vida?
Respuesta: No, sino que pecó en contra de Dios.
📖 “Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.” (Oseas 6:7)
Adán falló. Escogió la mentira antes que la verdad. Puso en duda la bondad de Dios, y en ese momento nos arrastró a todos a la ruina. El pacto de vida se convirtió en un pacto de muerte.
Pero gracias a Dios, la historia no termina con el primer Adán.
Cristo, el segundo Adán
📖 “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:18–19)
Aquí está el centro del evangelio: lo que Adán arruinó, Cristo lo restauró.
– Adán nos representó en desobediencia, y todos caímos.
– Cristo nos representó en obediencia, y todos los que creemos en Él somos declarados justos.
Cristo es nuestro segundo Adán, nuestro nuevo representante. Así como estábamos unidos a Adán por naturaleza, ahora estamos unidos a Cristo por la fe.
Esto significa que nuestra salvación no depende de nuestros méritos, sino de los méritos de Cristo. Él cumplió el pacto en nuestro lugar.
💡 Reflexión personal:
Hoy puedes descansar en esto: cuando Dios te mira, no te ve en Adán, caído y condenado, sino en Cristo, obediente y justo. Esa es tu verdadera identidad: hijo de Dios, cubierto por la justicia perfecta de Jesús.
Conclusión
Querida familia, la historia del pacto nos enseña dos cosas grandes:
- La seriedad del pecado. Adán nos representó, y al caer nos arrastró a todos. El pecado no es un detalle menor, es una catástrofe que trajo muerte al mundo.
- La grandeza de Cristo. Él vino como nuestro representante perfecto, obedeció en nuestro lugar, y abrió para nosotros la vida eterna.
Nuestra seguridad está en Cristo, nuestro segundo Adán. En Él tenemos un pacto eterno, un Dios fiel, y la esperanza segura de la vida eterna.