Sobre la justificación en Romanos y Hebreos
Autor: S.M. BAUGH
18 de abril de 2022
Traductor: Valentín Alpuche
Uno no suele pensar en Hebreos cuando se trata de la doctrina de la justificación, sino que normalmente vamos directamente a los escritos de Pablo. Pero Hebreos en realidad contiene mucha enseñanza que contribuye significativamente a la doctrina más amplia de la justificación por la fe solamente. Hay muchas maneras de mostrar esto, pero discutiré solo una por ahora comparando dos pasajes importantes: uno en Romanos y otro en Hebreos que se complementan y completan entre sí sobre el tema de la justificación.
Antes de continuar, sería útil definir la justificación, lo cual se hace maravillosamente en la declaración clásica y sucinta del Catecismo Menor de Westminster (WSC) de la siguiente manera: “¿Qué es la justificación? La justificación es un acto de la gracia gratuita de Dios, en el que Él perdona todos nuestros pecados y nos acepta como justos a sus ojos, solo por la justicia de Cristo imputada a nosotros, y recibida solo por fe” (WSC QA33).
Los elementos clave aquí son que la justificación es un solo acto que Dios realiza cuando acepta al creyente como justo al imputarnos la justicia de Cristo independientemente de nuestras obras. Además, el CMW ve la imputación de la justicia y el perdón de los pecados como dos lados de la misma acción divina en la justificación, como se enseña claramente, por ejemplo, en Romanos 4:5-8. Debido a que el perdón de los pecados es parte de la justificación, tenemos un vínculo entre Pablo y Hebreos que podemos ilustrar ahora.
ROMANOS Y HEBREOS
Los dos pasajes que vamos a comparar son Romanos 3:24-26 y Hebreos 9:14-15. Ambos textos están recortados de sus contextos, lo que generalmente no me gusta hacer, pero es necesario aquí para mostrar cómo estos dos lugares en las Escrituras interactúan de manera importante. Unimos ambos pasajes en continuidad:
. . . siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. (Romanos 3:24–26; RV60)
. . . ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. (Heb 9:14–15; RV60)
Para empezar, Pablo revela en Romanos 3:24-25 que concibe el sacrificio de Cristo en la cruz como parte integral de la justificación de los creyentes. Esto resalta claramente cuando dice que la justificación fue “mediante” la redención de Cristo. Esta redención o rescate no se logró mediante el pago de dinero, sino mediante la “propiciación en su sangre” (v. 25; véase también 1Pedro 1:18–19). Sin embargo, aunque Pablo habla a menudo del sacrificio de Cristo en la cruz, nunca explica los detalles de este acto sacerdotal, que ocupa precisamente gran parte del libro de Hebreos.
Veamos más cuidadosamente los dos pasajes para ver su interacción. En Romanos 3:24-26, Pablo habla explícitamente de la justificación como el regalo de Dios a los creyentes (v. 24). En Hebreos 9:15 el autor no usa el término “gratuitamente” como Pablo, pero la idea está ahí cuando dice “los que son llamados” “reciban” (es decir, como un regalo) “la promesa de la herencia eterna”, y una herencia es un don por definición (cf. Ga 3:18 y Heb 11:8). Además, en otra parte Hebreos habla de Noé recibiendo justicia como una herencia por fe en una declaración que recuerda y, posiblemente está influenciada, por la doctrina de Pablo de la justificación por la fe (Heb 11:7).
En segundo lugar, tanto en los pasajes de Romanos como de Hebreos hay una referencia a la redención de los creyentes a través de la ofrenda de sangre de Cristo. Esto llega al corazón del evangelio y de la obra de Cristo en la cruz como nuestro mediador sustitutivo. Finalmente, tanto en los pasajes de Romanos como en los de Hebreos, el don de Dios a través de la mediación de Cristo implica el perdón de las transgresiones, reiterando lo que vimos antes: la otra cara de la justificación es la remisión del pecado que Cristo vino a traer al dar su vida en rescate por muchos (por ejemplo, Mateo 20:28; 1 Tim 2:6) cuando “se ofreció sin mancha a Dios” (Heb 9:14).
Hay más conexiones entre las enseñanzas de Pablo y Hebreos, pero espero que esto muestre la armonía de estos dos grandes autores del Nuevo Testamento en la doctrina crítica de la justificación por gracia a través de la fe solamente.