La Tercera Petición
Catecismo de Heidelberg
G. I. Williamson
Día del Señor 49
Lecturas bíblicas: Filipenses 2:12-18; Colosenses 3:1-4:6
124. ¿Cuál es la tercera petición?
«Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra», es decir, concede que nosotros y todos los hombres renunciemos a nuestra propia voluntad, y que sin rebelarnos obedezcamos tu voluntad, que es la única buena; para que cada uno pueda cumplir su oficio y vocación tan voluntaria y fielmente como lo hacen los ángeles en el cielo.
Es justo en esta petición que vemos cómo viene el reino de Dios. Viene cuando, junto con todos los demás creyentes, por el Espíritu y la Palabra de Dios somos llevados a la obediencia de la fe. Como aclararemos, esta obediencia es tanto personal como corporativa. Significa que cada uno de nosotros debe obedecer personal y verdaderamente, pero también significa que no obedecemos solos sino con los demás. Así es como se hace en el cielo: ningún ángel actúa de una manera autónoma como si no hubiera una jerarquía entre ellos, es decir, rangos superiores e inferiores. Pero sabemos que sí hay una jerarquía entre los ángeles porque a algunos de ellos se les llama arcángeles, lo cual quiere decir que unos ángeles tienen una autoridad mayor que otros, lo que a su vez implica que los ángeles que tienen una mayor autoridad son respetados por los que tienen una autoridad menor. En efecto, nuestra obediencia a Dios debe ser personal, pero también debe ser corporativa. Por ejemplo, la Biblia requiere que los hijos obedezcan a sus padres (Ef. 6:1), ya que esta es la manera en que ellos hacen la voluntad de Dios. De manera semejante, nosotros en la iglesia debemos obedecer a nuestros líderes y sujetarnos a su autoridad (Heb. 13:17), pero se entiende que, por supuesto, esto se aplica solamente a los líderes que son fieles a la Escritura. Pero si lo son, entonces nuestra sujeción a ellos es parte de nuestra sujeción a Jesús por lo que el individualismo y la autonomía que es tan común hoy está completamente en contra de la Escritura.
Muchos cristianos hoy pertenecen a iglesias que no son fieles a la Palabra de Dios, y pueden estar conscientes de eso, pero dicen que no les afecta porque todavía creen la Biblia. Esta es una forma equivocada de pensar porque parte de nuestra obediencia a Cristo es pertenecer a una iglesia que hace posible que le obedezcamos juntos. Al pertenecer a una denominación que es fiel a la Biblia, significa que mis ofrendas están al servicio de la causa de Cristo y no al servicio del diablo.
Esto mismo tiene implicaciones para todos los aspectos de la vida, y debemos estar más conscientes de ello. Por ejemplo, la voluntad de Dios para mí es que críe a mis hijos en la disciplina y amonestación del Señor. Pero ¿cómo puedo hacer eso si por seis u ocho horas los entrego a maestros que menoscaban y contradicen esa crianza cristiana? Es imperativo que los cristianos lleguen a ser más conscientes de involucrarse corporativamente; debemos hacer mucho más de lo que hemos hecho en el pasado de manera colectiva o corporativa para que realmente hagamos la voluntad de Dios en todos los aspectos de la vida. En otras palabras, no solo necesitamos cristianos, sino también escuelas cristianas, sindicatos de trabajadores cristianos, partidos políticos cristianos, etc. Mientras más aprendamos a hacer esto, más veremos contestada esta petición.
Preguntas sobre la lección
- ¿Qué podemos aprender de los ángeles sobre hacer la voluntad de Dios?
- ¿Cuál es un error básico en el argumento de los creyentes que quieren seguir en denominaciones infieles?
- ¿Podemos hacer la voluntad de Dios sin obedecer a las autoridades humanas? ¿Por qué?
- ¿Cómo podemos actuar de una manera corporativa o comunal para obedecer a Jesús?
Preguntas para estudio y discusión
- A veces uno oye que se pregunta: “¿Cómo puedo encontrar la voluntad de Dios para mi vida?” ¿Qué quiere decir esta pregunta? ¿Cómo puedes responderla?
- La respuesta que da el Catecismo a esta pregunta implica un trabajo duro. Debemos rechazar nuestra propia voluntad, obedecer a Dios y llevar a cabo la obra que nos llama a hacer. ¿Cómo responderías a la acusación de que tal entendimiento de la vida cristiana equivale a una salvación legalista por obras?
- ¿Cómo responderías a alguien que dice que la voluntad de Dios es que no obremos, sino que descansemos en la obra de Dios, esperemos calladamente mientras Él hace maravillas, que abandonemos nuestros esfuerzos para que Él realice Su obra y dejemos que Él lo haga todo?