Recomendaciones para leer su Biblia
¿Cuál es la mejor manera de leer mi Biblia? Generalmente el creyente, para responder a esta pregunta, piensa en planes de lectura. Sin duda, los planes de lectura son muy útiles y no hay que descuidarlos. Pero estos planes de lectura no son un remedio mágico para leer significativamente la Biblia y entenderla correctamente. Muchos cristianos leen su Biblia fielmente, pero a pesar de ello abrigan ideas que no son tan sanas. ¿A qué se debe?
Intentemos responder.
- Es recomendable que además de los planes de lectura, los creyentes aprendan a leer su Biblia sistemáticamente, de principio a fin. No hay mejor método que leer la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis, ya que este método tiene varias ventajas:
- Nos proporciona el panorama general de toda la Biblia.
- Nos ayuda a ver el desarrollo del pacto de Dios con su pueblo, es decir, cómo Dios se relaciona con su pueblo.
- Nos capacita para tener un entendimiento más cronológico de la revelación, aunque esto hay que complementarlo con otras herramientas de lecturas.
- Nos ayuda a entender mejor ambos testamentos. Si desconocemos el Antiguo Testamento, difícilmente entenderemos muchas partes del Nuevo Testamento. Por ejemplo, cuando Juan el Bautista dice de Jesús: «He aquí el Cordero de Dios» (Juan 1:29), si desconocemos completamente el Antiguo Testamento, podríamos entender que Juan estaba diciendo un disparate. Es decir, que ¡Jesús eran un animal! Pero claro que cuando conocemos el Antiguo Testamento, podemos entender mejor lo que el Bautista quiere decir.
Aparte de esta limitada lista de los beneficios de una lectura sistemática de la Biblia, debemos decir algo sobre otras herramientas para leer la Biblia.
- Es recomendable que cada creyente debería al menos tener un diccionario de español a la mano, ya que en la misma traducción de la Biblia que leamos, encontraremos palabras que desconocemos; y un diccionario aclara el significado de tales palabras.
- Es recomendable que cada creyente debería adquirir un diccionario bíblico donde encontrará no solo el significado de una palabra, sino su significado bíblico. Es decir, le mostrará que cierta palabra tiene un significado que fluye primeramente del idioma hebreo, arameo o griego, idiomas en que se escribió la Biblia. Puede hablar con su pastor para que le recomiende un buen diccionario bíblico.
- Es recomendable que cada creyente adquiera un buen comentario bíblico. Su pastor le puede sugerir un buen comentario o comentarios.
- Es recomendable que al leer la Biblia la leamos contextualmente, es decir, tomando en cuenta el contexto anterior y posterior. No es correcto que entendamos un versículo desconectado de su contexto. Por ejemplo, Juan 11:35 dice: «Jesús lloró». ¿Cómo podremos entenderlo si lo desconectamos de todo lo que viene antes y después? Si hacemos eso, tal vez alguien llegue a la conclusión de que los cristianos deben llorar siempre; y peor aún que deben llorar por cualquier razón como si el llanto fuese meritorio en sí mismo.
- Es recomendable que el creyente conforme va madurando en su fe, pida a su pastor que le recomiende libros de introducción al Antiguo y Nuevo Testamento. Esos libros son muy buenos para ubicar cada libro en su contexto histórico y proporcionarnos buena información que aclarará mucho más el contenido de cada libro.
- Es recomendable que, al leer la Biblia, el creyente pida a su pastor libros sobre historia de Israel, historia de los babilonios, o de los asirios, de los romanos en tiempos de Jesús, y de los judíos como nación en tiempos del Nuevo Testamento. Eso ayudará muchísimo al leer, por ejemplo, sobre Poncio Pilato, Herodes el Grande, o los fariseos, saduceos, etc.
Si ponemos estas recomendaciones en práctica, poco a poco veremos los resultados al leer la Palabra de Dios; especialmente podremos detectar cuando alguien nos quiere engañar con una falsa enseñanza supuestamente extraída de la Biblia.
La Palabra de Dios es nuestro alimento. El verdadero creyente tiene hambre de ella, y la debe leer con esmero y dedicación.
Señor ayúdanos a leer fielmente tu Palabra.