Dispensacionalismo – una evaluación reformada
LIGON DUNCAN
Traductor: Juan Flavio de Sousa
Si tienen sus Biblias, les invito a que vayan conmigo al capítulo 2 de Romanos y presten atención a dos versículos. Comencemos haciendo algunas observaciones sobre el dispensacionalismo y luego vamos a dar una rápida visión general al pacto davídico y especialmente al establecimiento de la casa de David en 2 Samuel 7. Pero primero quiero que se concentren en dos versículos que están al final de Romanos 2, 2:28-29. Escuchen la Palabra de Dios.
Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Así termina esta lectura de la Santa Palabra de Dios. Que Él la bendiga. Dirijámonos a Él en oración…
«Padre, te agradecemos de nuevo la oportunidad de reunirnos para estudiar la historia de la teología, mientras estudiamos tu Palabra. Te pedimos que ambos ejercicios nos refresquen con la verdad y nos fortalezcan contra el error. Y te pedimos que nos ayudes a integrar la verdad de tu Palabra de tal modo que la vivamos y seamos competentes para proclamarla a los demás por amor de Cristo y para su gloria. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén».
Un poco más adelante, verán la lógica de mi lectura de ese pasaje, cuando tratemos nuestro tema de hoy. Es de mi interés comentar acerca de la teología del dispensacionalismo. Aquellos de ustedes que han leído el libro de Vern Poythress, Understanding Dispentionalists (Entendiendo a los dispensacionalistas), ya han tenido alguna idea de las complejidades del sistema dispensacional y por qué el dispensacionalismo y la teología del Pacto son tan diametralmente opuestos. De igual manera haré algunas observaciones históricas sobre el dispensacionalismo. Posteriormente haré algunos comentarios teológicos sobre el dispensacionalismo con respecto a los diferentes tipos de este y luego quiero trazar algunos contrastes entre la teología del Pacto y las formas más clásicas del dispensacionalismo. Permítanme comenzar con algunas observaciones teológicas históricas básicas.
Breves antecedentes del dispensacionalismo
Si somos honestos, el sistema teológico dispensacionalista es en realidad un fenómeno del siglo XIX. No es importante en este instante entrar en una discusión sobre estas cosas. Sé que a muchos buenos dispensacionalistas les gusta remontar los elementos de la enseñanza y creencia dispensacionalista muy atrás en la historia de la Iglesia. Pero como teólogo histórico, y eso es lo que soy por profesión, puedo decirles con bastante confianza que el sistema de la teología dispensacionalista es un fenómeno de la historia de la Iglesia en el siglo XIX. Está particularmente asociado con John Nelson Darby y el movimiento de los Hermanos de Plymouth en Gran Bretaña en el siglo XIX, y en América, con el nombre de Cyrus Ingersoll Scoffield; comúnmente abreviado como C.I. Scoffield.
El movimiento dispensacionalista creó su propio seminario en Dallas. Y durante muchos años ha tenido el control de una revista muy teológica llamada, Bibliotheca Sacra, la cual ha sido una especie de revista oficial del dispensacionalismo. Y muchos de ustedes saben del Seminario de Dallas y de Bib Sac y de la gente en el movimiento Bible Church, que estarían muy en deuda con la tradición dispensacionalista.
El dispensacionalismo no está necesariamente comprometido en sí mismo a favor o en contra del calvinismo y el arminianismo. A principios de este siglo, por ejemplo, se habrían encontrado muchas personas que se habrían identificado como calvinistas y dispensacionalistas. También habrías encontrado a algunos que habrían sostenido básicamente un marco teológico arminiano siendo dispensacionalistas. En mi mejor información, Dallas hoy tendría oficialmente una especie de enfoque ambiguo hacia el calvinismo. En otras palabras, no habría una negación rotunda del calvinismo. Sin embargo, de hecho, me han dicho que todavía hay mucho miedo e incomodidad con el calvinismo en el Seminario Teológico de Dallas. Hay razones para ello en las que no voy a entrar ahora. Se aclararán más adelante.
Los dispensacionalistas, por supuesto, ven su sistema teológico en oposición a la Teología del Pacto o Teología Federal. Todos los federalistas han sido calvinistas, pero no todos los dispensacionalistas han sido calvinistas. Resulta altamente significativo que un dispensacionalista pueda ser calvinista o arminiano. Esto no es comparar manzanas y naranjas. Existen varias similitudes entre el dispensacionalismo y la alternativa arminiana a la Teología del Pacto. Muchos dispensacionalistas, sin embargo, sostienen que su sistema es simplemente una alternativa al federalismo; ambos pueden ser calvinistas. Pero, por supuesto, raro es el dispensacionalista que afirme que los calvinistas de los siglos XVI y XVII eran dispensacionalistas. La mayoría eran federalistas.
Históricamente, son sistemas separados. Uno comenzó en el siglo XVI, el otro en el XIX. Los dispensacionalistas consideran que su sistema teológico es más bíblico que la Teología del Pacto, y deberían verse como rivales. No existe nadie en ninguno de los dos lados del debate dispensacionalista/Teología del Pacto que diga: «Bueno, ambos lados tienen razón a medias, solo tenemos que combinarlos». Son diametralmente opuestos en tantos puntos que sería inútil intentar llegar a una especie de híbrido entre el dispensacionalismo y la Teología del Pacto.
Diferencias – Escatología
Entrando en materia, las diferencias entre el dispensacionalismo y la Teología del Pacto no se encuentran mayoritariamente en el área de la Escatología. Cuando decimos Escatología, estamos hablando usualmente del final de los tiempos y especialmente del tiempo de la venida de Cristo. Los dispensacionalistas son premileniales, ya que es esencial para su sistema teológico, y quizás sea el punto fundamental del dispensacionalismo que Israel y la Iglesia son distintos, y la distinción Ley-Evangelio debe ser preservada a toda costa. Ese es el corazón mismo y el núcleo del dispensacionalismo clásico. Nunca jamás se debe mezclar la Ley y el Evangelio, y nunca jamás se debe mezclar Israel y la Iglesia.
El dispensacionalismo clásico, además de ser premilenial, es también pretribulacional. Esencialmente, decir que uno es premilenial significa que uno cree que Cristo regresa antes del milenio bíblico descrito en el libro de Apocalipsis capítulo 20 y según los dispensacionalistas también mencionado en otras partes de la Escritura. Ser pretribulacional, significa que uno cree en un rapto de la Iglesia que ocurre antes de la gran tribulación mencionada en el libro de Apocalipsis, y de nuevo insinuada en otros lugares del Antiguo y Nuevo Testamento. Así que el dispensacionalismo clásico ha sido tanto premilenial como pretribulacional.
Para aquellos de ustedes que están familiarizados con los puntos de vista escatológicos, para aquellos que creen en un rapto, existen tres puntos de vista del mismo. Está el punto de vista pretribulacional. Esa es la creencia de que los cristianos son raptados, o sacados del mundo antes de la gran tribulación.
Existe igualmente el punto de vista mid-tribulacional. Los creyentes son raptados del mundo en medio de la gran tribulación. Y está el punto de vista post tribulacional, que dice que los creyentes cristianos son raptados del mundo, después de la gran tribulación. Todo el dispensacionalismo clásico, sin embargo, es premilenial y pretribulacional. Y explicaré por qué es así un poco más adelante.
Por otro lado, la mayoría de los teólogos del Pacto han sido amileniales o postmileniales. Es decir, interpretan el milenio descrito en Apocalipsis 20 como algo que ocurre antes del regreso de Cristo. En pocas palabras, postmilenial significa que la venida de Cristo es posterior, es decir, después del milenio, y el amilenialismo es solo una subcategoría del postmilenialismo. Solo se pueden tener dos puntos de vista en el tiempo del milenio. Cristo viene antes o después del milenio. Esos son los dos únicos puntos de vista posibles. Entonces, el amilenialismo es una subcategoría del postmilenialismo. Todos los creyentes son premilenialistas o postmilenialistas.
Los amilenialistas tienden a enfatizar el carácter celestial de ese milenio. Ellos, por ejemplo, enfatizarán que el reino milenial está ocurriendo ahora, en el cielo. Es un milenio espiritual. Mientras que los postmilenialistas tienden a enfatizar un carácter más terrenal de ese milenio, y a menudo lo proyectan como una edad de oro que aún está por experimentarse, pero que ocurrirá antes del tiempo de Cristo. Así es como muchos postmilenialistas lo vieron el siglo pasado, siendo B.B. Warfield un gran ejemplo de ello. Si se quiere un ejemplo del postmilenialismo puritano, Iain Murray, en The Puritan Hope, describe la visión de los puritanos sobre el milenio y la misma era una visión postmilenialista.
Han existido, sin embargo, algunos categorizados como teólogos del Pacto que son premilenialistas; entre los cuales figuran Horacio Bonar, Robert Murry McCheyne y algunos de los otros grandes calvinistas escoceses del siglo pasado. Sin embargo, su tipo de premilenialismo difiere de la visión dispensacionalista. Para empezar, casi totalmente no se consideraban pretribulacionales en su punto de vista de la doctrina del rapto.
Diferencias – El Israel Literal y la Iglesia
Así que, como hemos dicho, la Escatología no es la diferencia fundamental entre la Teología del Pacto y el dispensacionalismo, sino que la Escatología es simplemente una implicación de la diferencia fundamental. Esta radica realmente en la diferencia entre Israel y la Iglesia.
Hablando en general, y si usted ha leído libros como Progressive Dispensationalism (Dispensacionalismo Progresivo), por Darrell L. Bock, y Craig A. Blaising, que son o han sido profesores en Dallas; sabrá que los dispensacionalistas mismos reconocen que hay múltiples sistemas de Teología dispensacionalista, y Blaising y Bock proponen tres categorías básicas de dispensacionalismo. Dicen que existe un dispensacionalismo clásico o histórico, el dispensacionalismo revisado o modificado y el dispensacionalismo progresivo. Y cada una de esas diferentes formas de dispensacionalismo tiene un giro ligeramente diferente sobre cómo Israel y la Iglesia se relacionan.
En este momento, permítanme considerar en líneas generales, sin querer criticar ferozmente a alguien, pero al menos tratando de llegar al fondo de la cuestión. La diferencia fundamental entre la Teología del Pacto y el dispensacionalismo está en el tema de Israel y la Iglesia. El dispensacionalismo enfatiza el cumplimiento literal de la profecía sobre Israel y postula una diferencia esencial entre el Israel físico y la Iglesia. Si tienes amigos dispensacionalistas que están discutiendo contigo sobre cómo interpretas los pasajes del Antiguo Testamento, y su cumplimiento en el nuevo Pacto, casi siempre te dirán algo como esto: «Bueno, yo tomo la Biblia literalmente y estás espiritualizando estos pasajes». Lo que realmente quieren decir con eso es que toman literalmente el término Israel. Ahora bien, todo el mundo tiene que reconocer elementos simbólicos en la profecía. Cualquiera que haya leído las interpretaciones dispensacionalistas del libro de Apocalipsis verá que está muy claro que los dispensacionalistas también tienen un enfoque muy simbólico del significado de las Escrituras, pero lo que quieren decir es que, mientras que ustedes piensan que estas profecías sobre Israel y Judá en el Antiguo Testamento se cumplen en la Iglesia y en la entrada de los gentiles en esta; nosotros los dispensacionalistas no creemos que la Iglesia esté profetizada en el Antiguo Testamento. Y creemos que las profecías sobre Israel y Judá en el Antiguo Testamento se cumplirán literalmente en Israel y en Judá en el nuevo Pacto.
Una vez más, permítanme exagerarlo así para enfatizar, porque como ya han aprendido de Poythress, existen algunos dispensacionalistas que querrían decirlo de una manera diferente. Pero no podemos decirlo todo a la vez, y tenemos que empezar por alguna parte. Así que permítanme generalizar de este modo. No creo que sea una caracterización injusta.
La Teología del Pacto, por otro lado, ve a la Iglesia como el cumplimiento de Israel en la profecía del nuevo Pacto. La Teología del Pacto se complace en reconocer la singularidad de la Iglesia, especialmente en su fase posterior a Pentecostés. Pero la Teología del Pacto ve a todos los creyentes en una continuidad esencial. No existen dos pueblos de Dios. Solo existe un pueblo de Dios.
Los teólogos del Pacto estarían de acuerdo en que las formas, y especialmente las formas institucionales de ese pueblo de Dios, eran diferentes bajo el Antiguo y bajo el Nuevo Pacto. La forma del pueblo de Dios bajo el Antiguo Pacto se expresaba principalmente en Israel, que era una comunidad étnica, eclesiástica y nacional. En el Nuevo Pacto, la forma del pueblo de Dios es, la forma institucional del pueblo de Dios, o sea, es la Iglesia. Y la Iglesia en el Nuevo Testamento es transétnica y transnacional y puramente eclesiástica en contraposición a eclesiástica y civil. No hay duda de que había una mezcla de asuntos civiles y eclesiásticos en el Antiguo Pacto para el pueblo de Dios, pero ese no es el caso en el Nuevo Pacto.
El dispensacionalismo, sin embargo, sostiene que Dios tiene dos pueblos con dos destinos. Y de nuevo, estoy hablando de una forma clásica de dispensacionalismo. Los dos pueblos de Dios, Israel y la Iglesia, tienen dos destinos separados. Para Israel, el reino milenario terrenal de David en la tierra de Israel restaurada a sus límites davídicos y salomónicos. Para la Iglesia, existe el cielo. Así que, para el dispensacionalista, existen dos pueblos y dos destinos separados, mientras que la Teología del Pacto, volviendo a su concepto de la Iglesia y la elección soberana de Dios desde antes de la creación, argumenta enérgicamente que solo existe un pueblo de Dios en todas las épocas y solo hay un destino para todo el pueblo de Dios.
De esta forma usted está empezando a ver por qué leo las palabras de Pablo en Romanos 2:28-29, porque Pablo obviamente tenía una gran preocupación por abordar precisamente este tipo de interrogantes. Y en ese pasaje, Pablo deja claro que no todo Israel es Israel, cf. Romanos 9:6. De modo que deja claro que Israel fue desde el principio una entidad espiritual, aunque Israel tuviera un aspecto externo; que la circuncisión no era simplemente una cuestión de forma y señal externas, sino que había una realidad espiritual interna que era necesaria para la comunión con Dios.
Y ese es uno de los puntos en disputa entre la perspectiva de la Teología del Pacto y los dispensacionalistas. El teólogo del Pacto quiere que entendamos que Israel, desde el principio, tuvo dentro de sus límites tanto a los elegidos como a los réprobos. Y que las promesas de Dios no fueron hechas, por así decirlo, como una cáscara simplemente al Israel externo, sino a aquellos que de hecho habían abrazado y se habían apropiado de las promesas del Pacto con Abraham. El plan de Dios es el mismo en el Nuevo Pacto como lo fue en el Antiguo. Y ese es un punto en disputa entre la Teología del Pacto y el dispensacionalismo.
Diferencias – Un solo plan desde la eternidad para todo el pueblo de Dios
Probablemente el mayor problema entonces, entre el dispensacionalismo y la Teología del Pacto concierne a los propósitos salvíficos de Dios en el Antiguo Testamento. Algunos de los dispensacionalistas más antiguos solían incluso argumentar que la salvación era por obras en el Antiguo Testamento y por fe en el Nuevo Testamento. Ahora bien, Poythress es muy cuidadoso al señalar que la mayoría de los dispensacionalistas de hoy no defienden ese punto de vista en particular. Pero ese era un punto de vista muy común en algunos de los escritos dispensacionalistas más antiguos. Y, por supuesto, los teólogos del Pacto señalan que, de ser así, eso contradiría la doctrina esencial de la Reforma de la sola gratia, o salvación solo por gracia. La salvación no es solamente ahora, solo por gracia, argumentaban los reformadores, sino que siempre ha sido solo por gracia desde la caída.
Ahora bien, el dispensacionalismo más dominante ha sugerido que los creyentes del Antiguo Testamento no se salvaban por las obras, sino por la fe, pero difieren de los teólogos del Pacto en su descripción de la naturaleza de esa fe. Algunos dispensacionalistas modernos suelen argumentar que la fe salvadora del Antiguo Testamento era sustancial y materialmente diferente de la fe salvadora del Nuevo Testamento. Tienden a argumentar que los pecadores del Antiguo Testamento no eran justificados por la fe en el Evangelio del Mesías como redentor del pecado (Cristo crucificado), sino que su fe estaba en promesas que eran peculiares de su época individual en la historia redentora. Así que pudieron haber recibido profecías mesiánicas ocasionales, pero eso no era esencial para su fe salvadora per se.
Esto no solo está en desacuerdo con la Teología del Pacto, sino que ésta es el área en la que el dispensacionalismo ha estado más en desacuerdo con la teología protestante. Esto está en desacuerdo con todo el calvinismo, todo el luteranismo, e incluso la corriente principal del pensamiento anabautista en la Reforma, ya que todos enseñaban que los creyentes del Antiguo Testamento fueron justificados por la fe en el Mesías venidero como redentor del pecado. Todos estos creyentes del Antiguo Testamento escucharon el Evangelio, argumentaban los reformadores. ¿Cómo? A través de las profecías y los tipos. Por lo tanto, el contenido esencial de su fe era materialmente el mismo en todas las épocas, incluyendo el Nuevo Testamento. Así que, aunque el creyente del Nuevo Pacto pueda tener una comprensión más firme del Evangelio, porque los eventos del Evangelio son ahora retrospectivos para el Nuevo Pacto, sin embargo, el Evangelio fue presentado en sombras y en tipos al creyente del Antiguo Pacto. Así que la fe justificadora en el Antiguo Testamento era en el Mesías, era en Cristo como redentor del pecado, y ellos esperaban Su venida, mientras que el Nuevo Pacto, mira hacia atrás a la obra terminada de Cristo, el Mesías. Ese es un punto de vista fundamentalmente protestante sobre la fe salvadora en el Antiguo Testamento. Y el dispensacionalismo tiende a discutirlo.
Así pues, el punto de vista protestante histórico es que el contenido esencial de la fe ha sido materialmente el mismo en todas las épocas. La enseñanza histórica protestante es que nadie ha sido justificado jamás salvo por la fe en Cristo crucificado. Esa es la esencia de la doctrina de la Reforma de sola fide, o salvación solo por la fe. Y así, cuando las formas clásicas del dispensacionalismo están en desacuerdo con ese punto, no solo están en desacuerdo con la Teología del Pacto, también están en desacuerdo con el Protestantismo en su conjunto. Y en esa luz, usted ve por qué es imposible armonizar los dos sistemas. Esa diferencia fundamental está en el núcleo. El calvinismo siempre ha sostenido que los santos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento están todos en Cristo. Ellos son parte del cuerpo de Cristo, parte de la novia de Cristo, debido a la elección de Dios.
Principales distinciones entre la Teología del Pacto y el dispensacionalismo
En adelante, veamos sistemáticamente algunas diferencias entre el dispensacionalismo y la Teología del Pacto. Y si pueden imaginen dos columnas, con el dispensacionalismo en un lado y la Teología del Pacto en el otro lado. Lo que voy a intentar hacer es darles un contraste entre el dispensacionalismo clásico y la Teología del Pacto clásica. Y de nuevo, lo hago, habiéndoles ya dicho que encontrarán variaciones sobre estos puntos de vista en el dispensacionalismo e incluso pueden encontrar alguna variación sobre algunos de estos puntos de vista por parte de los teólogos del Pacto, pero estoy tratando de generalizar para ayudarles a ver la distinción. Muchas veces me dirán: «Me cuesta explicar las diferencias entre el dispensacionalismo y la Teología del Pacto». Les estoy dando estas para ayudarles a entender.
En primer lugar, los dispensacionalistas pueden ser arminianos o calvinistas de cuatro puntos, pero los dispensacionalistas casi nunca son calvinistas de cinco puntos. El punto que abandonan, por supuesto, es la expiación limitada. Los teólogos del Pacto son, por supuesto, calvinistas de la variedad de cinco puntos por definición. La Teología del Pacto, si impone algo, impone la doctrina calvinista de la expiación limitada. Si la Teología del Pacto hace algo, pone en contexto la doctrina calvinista de la redención particular.
En segundo lugar, los dispensacionalistas hablan en términos de una interpretación literal de la Biblia. Este es uno de los principales temas retóricos que se oyen en las discusiones con amigos dispensacionalistas. «Nosotros interpretamos la Biblia literalmente». Por supuesto, la implicación es que ustedes no. Nosotros interpretamos la Biblia literalmente y ustedes no. Ustedes hacen algo más. Mientras que los teólogos del Pacto argumentarían: «Nosotros interpretamos la Biblia literalmente, pero creemos que el Nuevo Testamento interpreta el Antiguo Testamento». Creemos que el Nuevo Testamento es el manual hermenéutico del Antiguo Testamento. Y los dispensacionalistas desconfían de eso. Cuando uno dice que el Nuevo Testamento debe interpretar el Antiguo Testamento, los dispensacionalistas se ponen un poco nerviosos, porque sienten que uno está a punto de espiritualizar algo que el Antiguo Testamento ha dicho para ellos muy claramente. Esta es una diferencia fundamental. El teólogo del Pacto cree que el Nuevo Testamento tiene la última palabra en cuanto al significado de ese pasaje, mientras que los dispensacionalistas tienden a querer interpretar el Antiguo Testamento y luego ir al Nuevo Testamento e intentar armonizar la enseñanza particular del Nuevo Testamento con su interpretación previa de ese pasaje del Antiguo Testamento, en lugar de permitir al Nuevo Testamento el control hermenéutico fundamental.
En un ejemplo clásico de esto, el mismo Scoffield les dice que el pasaje más importante de la Biblia, desde una perspectiva dispensacionalista es el capítulo 9 de Amós. Bien, por supuesto, el capítulo 9 de Amós se interpreta en el capítulo 15 de Hechos, pero la interpretación del capítulo 9 de Amós que se da en el capítulo 15 de Hechos es diametralmente opuesta al principio central del dispensacionalismo. Entonces, ¿cómo lidia con eso el dispensacionalista? Bueno, dan su «interpretación literal» de Amós 9 y luego simplemente intenta armonizar la enseñanza de Hechos 15 con su anterior interpretación literal de Amós 9, mientras que el teólogo del Pacto dice que no, «Jacobo te dice lo que Amós 9 significa en Hechos capítulo 15, y por lo tanto, la interpretación de Jacobo debe ejercer todo el control hermenéutico incluso cuando estés haciendo tu propia exégesis original de Amós 9». Porque si Jacobo dice que eso es lo que Amós 9 significa, y Jacoco está hablando bajo la inspiración del Espíritu Santo registrada en Hechos capítulo 15, entonces eso es lo que Amós 9 significa. Así que ves un enfoque fundamentalmente diferente de la interpretación del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento.
En tercer lugar, los dispensacionalistas no aceptan la idea protestante de la analogía de la fe, de que «la Escritura interpreta la Escritura». Lo encontramos en la Confesión de Westminster, lo encontrarán en todas las confesiones protestantes, y de nuevo, vuelve al punto previo que les estaba explicando. Los dispensacionalistas dudan de ese principio, porque piensan que es una forma de espiritualizar las profecías literales del Antiguo Testamento. Y, francamente, si tienes amigos dispensacionalistas clásicos, sospecharán que eres un poco liberal, porque espiritualizas las profecías literales. Incluso si dices que crees en la inerrancia, en la autoridad y en la inspiración, les preocupará que estés espiritualizando hermenéuticamente el significado de las Escrituras. Así que no aceptan la analogía de la fe.
En el lado de la Teología del Pacto, por supuesto, aceptamos la analogía de la fe. La Escritura interpreta la Escritura. Y para el teólogo del Pacto, el Nuevo Pacto siempre tiene la última palabra en cuanto al significado del pasaje del Antiguo Pacto. Esto no significa que no empiece con el contexto original, y que no se preocupe por la intención original, solo significa que reconoce desde un punto de vista teológico bíblico que la revelación posterior, por definición, controla la comprensión teológica sistemática final de la revelación anterior.
Cuarto, para el dispensacionalista clásico, Israel siempre va a entenderse como los descendientes físicos literales de Jacob. Para el teólogo del Pacto, Israel puede significar los descendientes físicos literales de Jacob, o puede significar el Israel espiritual, que puede ser un subconjunto del Israel físico literal, o puede ser en realidad mayor que el subconjunto del Israel físico literal. También podría referirse a los gentiles. Y eso, por supuesto, es precisamente el punto contra el que los dispensacionalistas deben argumentar.
En quinto lugar, los dispensacionalistas afirman que Gálatas 6:16, donde Pablo utiliza la expresión el Israel de Dios, en realidad se refiere únicamente al Israel físico. Sin embargo, los teólogos del Pacto tienden a argumentar que el Israel de Dios en Gálatas 6:16 es una referencia al Israel espiritual, haciendo un paralelismo con otras declaraciones de Pablo, por ejemplo, en Gálatas 3:29, Romanos 2:20-28, que discutimos hoy, Romanos 9:6 y Filipenses 3:3.
Sexto, para los dispensacionalistas, Dios tiene dos pueblos con dos destinos separados; Israel con un destino terrenal, y la Iglesia con un destino celestial. Para el teólogo del Pacto, Dios siempre ha tenido un solo pueblo. Y aunque hay un sentido en que, sin embargo, considera a la Iglesia como un fenómeno posterior a Pentecostés, entiende que también hay un sentido en el que la Iglesia es simplemente el pueblo de Dios en todas las épocas.
En séptimo lugar, para los dispensacionalistas, la Iglesia comenzó en Pentecostés, no antes. El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento era Israel, mientras que el pueblo de Dios en el Nuevo Testamento es la Iglesia. Por el lado de la Teología del Pacto, la Iglesia comenzó con Adán, y por supuesto, alcanza su cumplimiento y culminación en el Nuevo Testamento. Los teólogos del Pacto señalarían pasajes como Hechos 7:38 donde Esteban habla de… ¿qué? Él está hablando de la Iglesia en el desierto, cuando en realidad está hablando de Israel en el desierto.
Octavo, según el dispensacionalismo clásico, la Iglesia no fue profetizada en el Antiguo Testamento. No existe mención de la Iglesia en el Antiguo Testamento. Fue un misterio hasta el Nuevo Testamento. Para los teólogos del Pacto, existen muchas profecías del Antiguo Testamento que hablan de la Iglesia.
Noveno, todo el Antiguo Testamento y las profecías sobre Israel son para el Israel literal, no para la Iglesia. Para los dispensacionalistas, todas las profecías del Antiguo Testamento son para Israel, para el Israel físico o para el Israel literal, pero no para la Iglesia. Para un teólogo del Pacto, algunas profecías del Antiguo Testamento pertenecen al Israel literal, y otras pertenecen a un Israel espiritual.
Décimo. La Iglesia. Para el lado dispensacionalista, la Iglesia es un paréntesis en el programa de Dios para las edades. Es algo temporal en el flujo de la historia. Seguramente has oído la frase «El gran paréntesis», que se usa para el tiempo cuando el Mesías vino y los judíos lo rechazaron escandalosamente. Esto frustró el plan de Dios, porque el plan original era que el Mesías viniera y estableciera un reino en Israel, pero los judíos lo rechazaron. En ese momento el reloj profético se detuvo y entramos en el período de los gentiles, «el gran paréntesis». Se trata de un periodo sobre el que no había profecías en el Antiguo Testamento. Es al final del periodo del gran paréntesis, el final del tiempo de los gentiles, como los dispensacionalistas interpretan esa sección en Romanos capítulo 11, que la Iglesia es removida. Ese es el rapto. Entonces el reloj profético comienza a correr de nuevo, y los tratos de Dios con Israel se reanudan.
Y a propósito, eso le da una pista de por qué un rapto antes de la tribulación es tan importante para el dispensacionalismo clásico consistente, porque usted tiene que deshacerse de los creyentes gentiles en el programa de Dios, antes de que usted pueda continuar con el trabajo que Dios está haciendo con el Israel terrenal físico literal. Y es por eso que el dispensacionalismo mid-tribulacional y postribulacional no funciona; porque está mezclando los tratos de Dios con la Iglesia y a través del Israel terrenal. Entonces, el rapto pretribulacional funciona en la escatología dispensacionalista para quitar a la Iglesia para que el programa de Dios para Israel pueda reanudarse. Sacas a la Iglesia del camino antes de la tribulación, y entonces las cosas empiezan a suceder entre los judíos. Por cierto, este material vuelve a estar de moda en el mercado de nuevo. Las novelas de Tim LaHaye, Left Behind están a la venta, y les garantizo que la gente en sus congregaciones las están leyendo. Sin importar a donde vaya, a donde asista, le garantizo que hay algunas personas allí que están leyendo esas novelas y son realmente el dispensacionalismo viejo y clásico donde algunas personas desaparecen un día y otras son dejadas atrás.
Por otro lado, para los teólogos del Pacto, la Iglesia es la culminación de los propósitos salvíficos de Dios para las edades. La Iglesia es la gran obra maestra de Dios. Es la esposa de Cristo, el cuerpo de Cristo.
Once. Para el dispensacionalismo en su forma clásica, el principal heredero del Pacto de Abraham era Isaac y el Israel literal. El teólogo del Pacto entiende que el heredero principal del Pacto de Abraham era Cristo y el Israel espiritual; y el Israel espiritual son todos los que tienen fe en Él.
Doce. Para el dispensacionalismo, por supuesto, no existe pacto de redención dentro de la Trinidad. No hay pacto intratrinitario. Para la Teología del Pacto, sin embargo, existe un pacto intratrinitario que efectúa la elección.
Trece. Para los dispensacionalistas, no hubo Pacto de obras con Adán en el huerto. Mientras que la Teología del Pacto cree que Dios hizo un pacto condicional de obras con Adán como representante de toda su posteridad.
Catorce. Además, para el dispensacionalismo, no hubo Pacto de Gracia con Adán. Mientras que, para la Teología del Pacto, Dios hizo un Pacto de Gracia con Cristo y Su pueblo incluyendo a Adán.
Decimoquinto, para el dispensacionalismo, Israel se precipitó al aceptar el Pacto en el Monte Sinaí. Recuerdan que leímos que Scoffield dijo: «Eso fue un gran error. Los hijos de Israel deberían haber dicho: “No queremos ley, queremos gracia”». Para la Teología del Pacto, Israel no tenía la opción de aceptar o no el arreglo del pacto en el Sinaí. No era una opción.
Decimosexto. Para el dispensacionalismo, el Nuevo Pacto de Jeremías 31 es para el Israel literal. El Nuevo Pacto de Jeremías 31 era para el Israel literal y no se cumple en Lucas 22:20. Para el Teólogo del Pacto, el Nuevo Pacto de Jeremías 31 es el mismo que el Nuevo Pacto del que habla el Señor Jesús en Lucas 22. Y ambos son para el Israel espiritual.
Diecisiete. Para los dispensacionalistas clásicos, el programa de Dios en la historia es principalmente a través de dispensaciones separadas. Y para los teólogos del Pacto, el programa de Dios en la historia es principalmente a través de pactos relacionados y progresivos. Así que, naturalmente, usted esperaría que el dispensacionalismo enfatizara… ¿qué? Discontinuidad en la historia redentora, mientras que la Teología del Pacto enfatiza la continuidad, aunque eso no es un absoluto para ninguno de los dos.
Dieciocho. Como hemos mencionado antes, algunos dispensacionalistas han argumentado que la salvación era por obras en el Antiguo Testamento, mientras que la Teología del Pacto argumenta que ningún hombre ha sido salvo por obras desde la caída. La salvación es por gracia.
También, en decimonoveno lugar, muchos dispensacionalistas enseñan que la naturaleza de la fe del Antiguo Testamento es diferente de la naturaleza de la fe del Nuevo Testamento. La naturaleza de la fe del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento es diferente. Mientras que los teólogos del Pacto sostienen que todos los que alguna vez han sido salvos, lo han sido por la fe en Cristo como su redentor del pecado, aunque eso ha sido revelado progresivamente con mayor plenitud a medida que Dios desplegaba Su plan de redención.
Vigésimo. Los dispensacionalistas clásicos argumentarán que los sacrificios del Antiguo Testamento no fueron reconocidos por los santos del Antiguo Testamento como tipos evangélicos. Solo fueron vistos como tales en retrospectiva. Mientras que los teólogos del Pacto argumentarán que los creyentes del Antiguo Testamento creyeron en el Evangelio del Mesías como redentor del pecado a través de los sacrificios, sus tipos y profecías.
Vigésimo primero. Los dispensacionalistas argumentan que el Espíritu Santo solamente mora en los creyentes del Nuevo Testamento; no moró en los creyentes del Antiguo Testamento. Y no morará en los creyentes después del rapto. Y por supuesto, el teólogo del Pacto argumenta que no hay tal cosa como un creyente que no sea habitado por el Espíritu Santo.
Vigésimo segundo. Los dispensacionalistas enseñan que Jesús hizo una oferta del Reino al Israel literal, pero Israel la rechazó y por eso el Reino fue pospuesto. Los teólogos del Pacto enseñan que Jesús, por supuesto, proclamó el Reino de los cielos, que desde el principio fue un Reino espiritual, y aunque fue rechazado por muchos judíos, también fue aceptado por muchos judíos y gentiles por igual.
Vigésimo tercero. Los dispensacionalistas enseñan que los creyentes del Antiguo Testamento no están en Cristo. No son parte del cuerpo o novia de Cristo. Ese es el punto de vista dispensacionalista. Del lado de la Teología del Pacto, los creyentes de todas las edades están en Cristo.
Vigésimo cuarto. Los dispensacionalistas enseñan que la ley ha sido abolida para los creyentes en el Nuevo Pacto; o, debería ponerlo de esta manera, para los creyentes en la era de la Iglesia. Y algunos irán tan lejos como para argumentar que el Sermón del Monte no es para los cristianos sino para la era del Reino, y por eso solo podemos aprender indirectamente del mismo. Por el contrario, la Teología del Pacto enseña que la ley sigue teniendo tres usos en el Nuevo Pacto: refrenar el pecado, conducir a Cristo e instruir a los cristianos en la piedad. Esos son los tres usos de la ley.
Vigésimo quinto. Los dispensacionalistas enseñan que las leyes del Antiguo Testamento no tienen vigencia a menos que se repitan en el Nuevo Pacto o en el Nuevo Testamento. Y, por supuesto, los teólogos del Pacto enseñan que la ley moral del Antiguo Testamento sigue vigente en el Nuevo Pacto, aunque las leyes civiles y ceremoniales hayan sido abrogadas.
Vigésimo sexto. Para los dispensacionalistas, el milenio es el Reino de Dios. Para los teólogos del Pacto, el Reino de Dios es mucho más amplio que el mero milenio. La Iglesia es su forma institucional, y los teólogos del Pacto suelen ser amileniaristas o posmilenaristas.
Vigésimo séptimo. Los dispensacionalistas creen que los sacrificios de animales del Antiguo Testamento serán restaurados en el milenio, mientras que los teólogos del Pacto creen que los sacrificios del Antiguo Testamento se cumplieron en Cristo y han sido abolidos para siempre.
Y finalmente, los dispensacionalistas clásicos enseñan que David reinará en el trono milenario en Jerusalén en cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Y los teólogos del Pacto enseñan que Cristo está reinando en el trono y Sus santos gobernarán bajo Él en la nueva tierra. Este es un resumen rápido.
TEOLOGIA DISPENSACIONAL | TEOLOGIA DEL PACTO |
1. Puede ser arminiano o calvinista modificado. Casi nunca calvinista de cinco puntos, | 1. Siempre calvinista. Generalmente de cinco puntos. |
2. Destaca la interpretación «literal» de la Biblia. | 2. Acepta la interpretación literal y figurativa de la Biblia. |
3. No suele aceptar la idea de la «analogía de la fe». | 3. Generalmente acepta la idea de la «analogía de la fe». |
4. «Israel» siempre significa solo los descendientes físicos literales de Jacob. | 4. «Israel» puede significar los descendientes físicos literales de Jacob o el Israel figurativo y espiritual, según el contexto. |
5.El «Israel de Dios» en Gá. 6:16 significa solo el Israel físico. | 5. El «Israel de Dios» en Gá. 6:16 significa el Israel espiritual, paralelo a Gá. 3:29, Ro.2:28-29, 9:6, Fil.3:3. |
6. Dios tiene 2 pueblos con 2 destinos separados: Israel (terrenal) y la Iglesia (celestial). | 6. Dios siempre ha tenido un solo pueblo, la Iglesia se desarrolló gradualmente. |
7. La Iglesia nació en Pentecostés. | 7. La Iglesia se inició en el Antiguo Testamento (Hechos 7:38) y alcanzo su cumplimiento en el Nuevo Testamento. |
8. La Iglesia no fue profetizada como tal en el Antiguo Testamento, sino que fue un misterio oculto hasta el Nuevo Testamento. | 8. Existen muchas profecías del Antiguo Testamento sobre la Iglesia del Nuevo Testamento. |
9. Todas las profecías para Israel son para el Israel literal, no para la Iglesia. | 9. Algunas profecías del Antiguo Testamento son para el Israel literal, otras son para el Israel espiritual. |
10. El principal propósito de Dios en la historia es el Israel literal. | 10. El principal propósito de Dios es Cristo y, en segundo lugar, la iglesia. |
11. La Iglesia es un paréntesis en el programa de Dios para los siglos. | 11. La Iglesia es la culminación del propósito dicho por Dios para los siglos. |
12. El principal heredero del pacto de Abraham fue Isaac y el Israel literal. | 12. El principal heredero del pacto de Abraham fue Cristo y el Israel espiritual. |
13. No hubo ningún Pacto eterno de Redención dentro de la Trinidad. | 13. El Pacto eterno de Redención estaba dentro de la Trinidad para efectuar la elección. |
14. No hubo Pacto de obras con Adán en el Jardín del Edén. | 14. Dios hizo un Pacto de obras condicional con Adán como representante de toda su posteridad. |
15. No hubo ningún Pacto de Gracia con respecto a Adán. | 15. Dios hizo un Pacto de Gracia con Cristo y Su pueblo, incluido Adán |
16. Israel se apresuró a aceptar el Pacto en el Monte Sinaí. | 16. Israel hizo bien en aceptar el Pacto en el Monte Sinaí. |
17. El «Nuevo Pacto» de Jr. 31:31-34 es solo para el Israel literal y no es el Nuevo Pacto de Lc. 22:20 | 17. El «Nuevo Pacto» de Jr. 31 es el mismo que en Lc. 22; ambos son para el Israel espiritual según Heb. 8. |
18. El programa de Dios en la historia se da principalmente a través de dispensaciones separadas. | 18. El programa de Dios en la historia se da principalmente a través de pactos relacionados. |
19. Algunos dispensacionalistas han dicho que los pecadores del Antiguo Testamento fueron salvos por obras. | 19. Ningún hombre ha sido jamás salvo por obras, sino solo por gracia. |
20. La mayoría de los dispensacionalistas enseñan que los hombres en el Antiguo Testamento fueron salvos por la fe en una revelación peculiar de su dispensación, pero esto no incluía la fe en el Mesías como su redentor de pecados. | 20. Todos los hombres que alguna vez han sido salvos lo han sido por la fe en Cristo como redentor de sus pecados, que ha sido revelada progresivamente en cada época. |
21. Los sacrificios del Antiguo Testamento no fueron reconocidos como el Evangelio ni como tipos del Mesías como redentor del pecado, sino que sólo se vieron como tales en retrospectiva. | 21. Los creyentes del Antiguo Testamento creían en el Evangelio del Mesías como redentor del pecado principalmente por los sacrificios como tipos y profecías. |
22. El Espíritu Santo habita solo en los creyentes en la dispensación de la Gracia, no en el Antiguo Testamento ni después del rapto. | 22. El Espíritu Santo ha habitado en los creyentes de todas las épocas, especialmente en la era actual del Nuevo Testamento, y no será retirado. |
23. Jesús hizo una oferta del Reino literal a Israel; como Israel lo rechazó, se pospone. | 23. Jesús hizo solo una oferta del Reino espiritual, que fue rechazada por el Israel literal pero que gradualmente ha sido aceptada por el Israel espiritual. |
24. Los creyentes del Antiguo Testamento no estaban «en Cristo», ni eran parte del Cuerpo o Esposa de Cristo. | 24. Los creyentes de todas las épocas están todos «en Cristo» y son parte del Cuerpo y Esposa de Cristo |
25. La Ley ha sido derogada. | 25. La Ley tiene 3 usos: (1) restringir el pecado en la sociedad, (2) conducir a Cristo, (3) instruir a los cristianos en la piedad. Las leyes ceremoniales han sido abolidas; las leyes civiles han sido abolidas salvo su equidad general; las leyes morales continúan. |
26. Las leyes del Antiguo Testamento ya no están en vigor a menos que se repitan en el Nuevo Testamento. | 26. Las leyes del Antiguo Testamento todavía están vigentes a menos que sean derogadas en el Nuevo Testamento. |
27. El milenio es el Reino de Dios. Los dispensacionalistas son siempre premileniales y generalmente pretribulacionales. | 27. La Iglesia es el Reino de Dios. Los pactantes suelen ser amileniales, a veces premileniales o posmileniales, rara vez pretribulacionales. |
28. Los sacrificios de animales del Antiguo Testamento serán restaurados en el milenio. | 28. Los sacrificios del Antiguo Testamento se cumplieron y fueron abolidos para siempre en Cristo. |
29. El milenio cumplirá el Pacto con Abraham. Israel tiene futuro. | 29. Cristo cumplió el Pacto con Abraham. Algunos pactantes creen en un futuro para el Israel literal, la mayoría no. |
30. David se sentará en el trono milenario en Jerusalén. | 30. Solo Cristo está sentado en el trono. Los santos gobiernan bajo Él. |