Entre la barranca y el fuego
Muchas cosas se pueden decir de la Biblia, pero quienes la leen seriamente no podrían llamarla aburrida. Algunos capítulos o listas de nombres son repetitivos, pero en su totalidad la Biblia es bastante dramática. En la historia que cuenta y en los personajes que retrata hay mucha emoción. Pero también revela el drama en nuestras propias vidas ordinarias.
Por ejemplo, Pedro les dice a sus lectores que “el fin de todas las cosas se acerca” (1Pedro 4:7). Unas líneas más tarde se les dice que se acerca una prueba de fuego (1Pedro 4:12). Desde el punto de vista de Pedro, sus lectores están entre la orilla de la barranca del fin de todas las cosas y los furiosos incendios de la persecución. Quizás no sea la perspectiva más tranquilizante ¡pero ciertamente no es aburrida!
Por supuesto, la pregunta que podría surgir en esas circunstancias es cómo y por qué vivir. Al encontrarse en un aprieto tan difícil, ¿qué tipo de vida es significativa y vale la pena? Esa misma pregunta también puede surgir para nosotros, cada vez que sentimos el escalofrío por el paso del tiempo, o el temor de cómo las cosas empeoran. Si todo va a terminar, ¿tiene sentido plantar árboles, ir por el mandado, o levantarse de la cama?
Entre esas dos declaraciones, Pedro les dice a sus lectores qué tipo de vida vale la pena vivir entre la barranca y el fuego. Una vida de oración (v.7), amor (v.8) y glorificación de Dios (v.11) es posible y valiosa incluso en los tiempos más difíciles y en las circunstancias más difíciles.
Ser sobrios y vigilantes en la oración significa depender de Dios y pedir su ayuda. Reconocemos las realidades espantosas y no pretendemos que no estén allí, pero recordamos que hay algo más allá de todas las dificultades.
El amor se expresa en la práctica a través del perdón y la hospitalidad (vv.8-9). Hay ofensas para perdonar, tal vez especialmente en tiempos difíciles. Hay necesidades prácticas que satisfacer. La persistencia sin renuencia en ambos tiene sentido, pase lo que pase.
Glorificar a Dios es el propósito más grande que podemos tener. Cuando todo lo demás se está desmoronando, el deseo que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo (v.11), todavía da una dirección a nuestros esfuerzos, y rescata incluso nuestras vidas destrozadas del horror de la falta de sentido. Quizás todo esto suene bien, pero no por eso es fácil. Así Pedro todavía incluye un concepto más que es clave para todo: la gracia (v.10). En el corazón de una vida valiosa de oración, amor y glorificación de Dios, está la realidad que recibimos de Dios sin merecerlo. Es el don de Dios que podamos vivir vidas que valgan la pena entre la barranca y el fuego.